Bajar de peso es relativamente fácil, pero mantenerlo ya no lo es tanto.

Cuando esta delicada ecuación falla aparece el efecto yoyó, una recuperación de peso al poco tiempo de perderlo. Este efecto se produce por varios factores:

• Dietas milagro. Se pierde peso demasiado rápido de una forma no saludable con una restricción excesiva de calorías y nutrientes.

• Pérdida de masa muscular. Cuando una dieta es demasiado restrictiva en calorías el cuerpo las saca de donde puede. Primero recurre a las reservas rápidas que agota en poco tiempo y además se pierde agua, de ahí las pérdidas de peso espectaculares sobre todo los primeros días. Después se degradan los músculos para la obtención de energía. Por eso las dietas tan radicales provocan cansancio.

• Tirar la toalla. Adelgazar con una dieta demasiado exigente provoca tener hambre a todas horas, estar privado de todo lo que a uno le gusta comer y la persona acaba abandonando la dieta comiendo mucho en poco tiempo para suplir las carencias sufridas.

• Creerse inmune a las calorías. Para bajar de peso sin efecto rebote es importante no creer que al llegar al peso deseado podemos volver a comer como antes porque la comida ya no nos engorda. También solemos autoengañarnos con que lo que he hecho ha cambiado mi metabolismo y por tanto puedo comer lo que quiera.

• No cambiar de hábitos. Este es el pilar por el que el 90% de las dietas. Si no se adquieren hábitos alimentarios saludables y no se incorpora la actividad física es muy difícil no recuperar el peso perdido.

 
Cómo perder peso de forma saludable y evitar el efecto yoyó.

Las dietas efectivas y rápidas para bajar de peso sin rebote requieren sentido común y paciencia con el asesoramiento de un dietista-nutricionista. Te contamos algunos secretos de esta pérdida de peso saludable.

• No a las prohibiciones rotundas. Puedes permitirte alimentos calóricos en raciones pequeñas y de forma excepcional.

• Come variado. Mentalmente no es posible soportar desayunar, comer y cenar lo mismo. Lo acabas aborreciendo además de tener infinidad de carencias nutricionales.

• Aprende a disfrutar de alimentos saludables. Si no te gusta un alimento prueba a cocinarlo de otra forma o simplemente toma otros alimentos del mismo grupo. Incluye aliños con hierbas aromáticas y limón, cógele el punto a la parrillada de verduras con aliño de AOVE y disfruta de un puñadito de frutos secos como picoteo entre horas mientras das un paseo.

• Disfruta de comer. No veas la dieta como una tortura. Cocina con ganas, trabaja las texturas, colores y añade especias a las comidas para hacerlas aún más atractivas y divertidas. Recupera el recetario de la dieta mediterránea.

• Mastica de forma consciente, es muy importante para que el cerebro mande señales de saciedad. También se libera serotonina que nos mantiene felices.

• Socializa. No te aísles ya que sólo pensar en la dieta te hará abandonar los hábitos saludables.

• Realiza ejercicio físico adecuado a tu nivel de entrenamiento e intenta mejorarlo.

• Descansa. Dormir bien es muy importante para detoxificar el organismo y contribuye a tener la energía necesaria en el día a día.

• No tengas prisa en perder peso.

• No te saltes comidas.